En otra entrada anterior os hablaba de esta tarea:
A partir de un artículo muy hermoso del escritor griego Theodor Kallifatides (De padre a hijo) publicado en El País, le pedí al alumnado de 3º de ESO que, después de leerlo, se inspirase en él para emularlo. La idea era que, dirigiéndose a un ser querido, cada uno transmitiese una enseñanza importante para la vida.
A partir de un artículo muy hermoso del escritor griego Theodor Kallifatides (De padre a hijo) publicado en El País, le pedí al alumnado de 3º de ESO que, después de leerlo, se inspirase en él para emularlo. La idea era que, dirigiéndose a un ser querido, cada uno transmitiese una enseñanza importante para la vida.
En esta ocasión, os acerco el artículo epistolar de Miguel Ángel Castro Fernández:
A
un futuro hijo
Las
enseñanzas, las costumbres, la educación, son el legado de nuestros
antepasados. Se trata de una herencia moral, una filosofía, un
estilo de vida que va a forjar la personalidad del individuo en su
edad adulta.
El
esfuerzo intergeneracional consiste en que los seres humanos que nos
suceden sean más inteligentes, más sabios, más racionales, más
tolerantes, menos egoístas y en definitiva mejores personas.
Lo
correcto es que un padre o un hermano mayor se esfuercen en ser
mejores personas, en transmitir valores o estados de vida saludables,
en dejar a los más jóvenes una educación que en el futuro los
hagan mejores personas. Por su parte los más jóvenes tienen que
esforzarse y escuchar los consejos de otras personas para que el ser
humano como especie sea cada vez mejor.
Tu
mejor herencia es la de mostrarte el camino para que seas más sabio,
más tolerante y mejor persona que yo. Y lo más importante, que
estos valores los transmitas a tu descendencia.
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